CUANDO EXPLOTARON LAS MOTOS EN PUNTA ARENAS…
Primera carrera de motos fue en el año 1926.
Faltaban solo dos días para que terminara el Dakar y nos enteramos que Nacho Cornejo se retiraba, ¡qué lástima y qué futuro tiene el dragón de Iquique!. Fuerza querido Nacho y gracias porque nos hiciste vibrar muchos días, al igual que Chaleco, Casale , Quintanilla, Enrico y Pedemonte, todos unos monstruos del desierto .
La vida continúa y llegó a mis manos la información de la primera carrera que se realizó en Punta Arenas hace la friolera de 94 años ¡!!
El domingo 7 de febrero de 1926 se largó la primera carrera de motociclismo, que abarcó la distancia entre Punta Arenas y San Gregorio, Puerto Sara para ser rigurosos de ida y regreso, fue organizado por el Club de Ciclismo Nacional, si como lo leen!!, club de ciclismo. La distancia : Unos 300 kilómetros aproximadamente. Los valientes fueron; Thiers Acuña, José Van Aken, Víctor Lepori, Eduardo Maynard, José Kramarenko y Mateo Matic. A las 5 de la mañana se dio la partida desde la gobernación civil y fue presenciada por numeroso público. Las incidencias y novedades se informaban minuto a minuto en unos pizarrones adosados a los balcones del edificio gubernamental.
La llegada del puntero a la plaza de armas de Punta Arenas fue recibido por un tumulto de gente que llenaba la vereda de la calle Bories por varias cuadras.
El resultado final de esta desconocida y austral carrera;
Primer Lugar: Thiers Acuña con un tiempo de 4horas, 41 minutos
2do. Eduardo Maynard 4hrs. 57 min
3ro. José Van Aken 5hrs.
4to. Jose Kramarenko 5hrs. 9 min.
El promedio de velocidad 68 kilómetros por hora!!!
No puedo dejar de recordar las míticas carreras que se hicieron en Puerto Williams o Punta Arenas – Torres del Paine o la famosa Cuesta del Gallo, ,todas herederas de esta maravilla histórica. El rigor del clima y las distancias que se viven en Magallanes hace aún más especial andar en motos por estos lugares.
Pero veamos qué comentaron los pilotos:
(N. de la R. : Extractos del diario de la época febrero 1926)
El éxito deportivo alcanzado en esta primera carrera de motocicletas a la vez que significa un gran estímulo para los aficionados, ha dejado de manifiesto también el mal estado de los caminos por las profundas huellas que dejan los autos.
Por fortuna no hubo que lamentar un accidente grave, pues algunos de los participantes en la prueba no conocían el camino y tuvieron que hacer prodigios para no volar de un cerro a otro en salto fantástico, dada la velocidad que llevaban las máquinas de unos a 40 a 50 kilómetros.
La distancia recorrida fue de unos 300 kilómetros entre ida y vuelta, acusando una marcha promedio de 50 kilómetros por hora lo que significa una espléndida performance en esta región.
El campeón Thiers Acuña, relata “iba lo más bien corriendo en punta sin avistar a ninguno de mis competidores y había recorrido la distancia sin novedad hasta los campos de Gringos Duros, cuando “zas” una patinada terrible de la moto me hizo aterrizar violentamente. Sufrí unas magulladuras que no le di importancia y medio aturdido por el golpe, veo que la máquina falla del pedal de arranque. En este trance se me ocurrió subir a un cerro que había a unos 50 metros atrás y regresé como pude arrastrando la pesada máquina y una vez a media falda del cerro con la cara toda ensangrentada subí a la motocicleta haciendo equilibrios para sostenerme y me largué con fuerte impulso; por suerte la máquina tomó arranque y pude seguir mi carrera.
Cuando creía seguir felizmente, al hacer un viraje en una curva se volvió a parar la máquina. Esta vez no estaba solo pues inmediatamente fui ayudado por un carabinero que me empujó la moto hasta que tomó arranque y pude seguir otra vez mi camino; pero cuando faltaban unos 70 metros para llegar a la meta de Puerto Sara se rompió la cadena quedando la moto inutilizada.
Allí me ayudaron a buscar la cadena y arreglar la máquina demorando solo 8 minutos en esta operación y emprendí el regreso sin novedad.
Cerca de la Punto del Cerro se enredó un alambre en la moto y tuve que parar a sacarlo.
Otra parada hice en el Hotel Cruceros para tomar un poco de líquido, pues como no había tomado desayuno tenía una sed abrasadora.
¿Alguna impresión de su carrera? pregunta el periodista
“Ah sí algo que no me explico – dice Acuña- fue al correr a toda velocidad en la rambla, a la ida sentí seguramente el vértigo de la velocidad, pues me parecía que la máquina permanecía en el mismo lugar y solo oía el ruido infernal del motor. Entonces paré la máquina y la tuve para revisarla bien encontrando todo en perfecto estado y seguí volando kilómetros”.
Notable el comentario!!!!
Eduardo Maynard, segundo en la carrera, opina :
“Salí último, y cuando pasé por San Francisco sin avistar a ninguno de mis competidores, creí que llevarían gran distancia, pero pasado Cabo Negro alcancé a Kramarenko y a Lepori, pero dada la superior potencia de sus máquinas, en la rambla tuve que ceder paso con mi Indian de 7 h.p contra la Harley Davison de 16 HP.
Pero luego seguí descontando distancia hasta dar alcance y sobrepasar a Van Aken habiendo llegado segundo a Puerto Sara. Regresé a pocos minutos de Acuña, y en lo mejor de la carrera, al enfrentar “Avelina”, se rompió la cadena de la moto, tuve que perder alrededor de 15 minutos para armarla mientras tanto vi pasar a Van Aken a toda velocidad. Salvado de este contratiempo seguí velozmente al alcance de Van Aken sin conseguirlo hasta la llegada a Punta Arenas.”
¿Sus impresiones?
“Muy entusiasmado a pesar de los contratiempos. Pensaba en lo triste que sería caer por el campo y quedar abandonado pero sufrí un gran desengaño pues parece que si los hubieran citado no habría acudido tanta gente a presenciar la carrera. A cada trecho encontraba personas que aplaudían y alentaban con su presencia; los trabajadores de las estancias vecinas se estacionaban en los alrededores del camión en diferentes puntos que no recuerdo.”
¿Otras novedades?
“Esto no es novedad, es casi trágico: Como no conocía bien el camino y llevaba la moto a toda velocidad divisé a pocos metros una canal de cemento, que atravesaba el camino y un pequeño puente, alcancé a virar a tiempo para pasar bordeando sobre este, que si no, no es la hora en que les cuento esta escapada. Luego al pasar al lado de un cerro de piedras la moto hizo unas cabriolas que poco faltó para que aterrizara de cabeza. “
“Bueno digan también que por el tiempo empleado en el regreso si no sufro aquellos percances gano a Acuña.”
Los descendientes de José Van Aken son motoqueros y conversé con Henry, nieto del histórico piloto , quien me facilitó las fotos que son testimonio de aquella competencia.